En 1997 el escritor guatemalteco Arturo Arias afirmaba en la revista Kipus lo siguiente: “Un fantasma recorre la totalidad de la narrativa centroamericana: el fantasma de las literaturas invisibles. Una literatura invisible es una que nadie lee, nadie comenta, con la cual nadie dialoga, a la cual nadie toma en cuenta…”

Podría creerse que esto ha cambiado: desde el 2013 existe el Festival anual Centroamérica Cuenta, organizado principalmente por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez; han surgido revistas especializadas en literatura centroamericana como Istmo, Ístmica, Centroamericana, y está la publicación de los 6 tomos de Hacia una historia de las literaturas Centroamericanas. Podría parecer que las literaturas centroamericanas se han integrado al mundo globalizado.

No es la impresión que yo tengo. El Festival Centroamérica Cuenta, año con año, deja por fuera muchísimos narradores, poetas y dramaturgos centroamericanos y en cambio abunda en autores no centroamericanos (europeos, latinoamericanos). Esto podría ser una exigencia de los patronizadores, no sabemos, pero la sensación que muchos autores y autoras tenemos es que en Centroamérica Cuenta, Centroamérica NO cuenta.

Por otro lado, si bien existen las revistas mencionadas, su ámbito de difusión es muy reducido. Y respecto a que nuestra literatura se ha integrado al mundo globalizado, me temo que eso es así solamente para los autores que ya en 1997 estaban “globalizados”: Gioconda Belli, Rodrigo Rey Rosa, Sergio Ramírez, Horacio Castellanos Moya, por ejemplo.

Seguimos siendo una literatura invisible e invisibilizada para el resto del mundo a pesar de que hay muchos autores y autoras nuevas escribiendo con excelente calidad. Tenemos proyectos novedosos y geniales como el de la Editorial de Mujeres Abecedaria, estrictamente virtual y orgullosamente centroamericana.

Uno de los factores que contribuyen a esta invisibilización es que entre autores los centroamericanos no nos leemos y por lo tanto no nos ayudamos, no creamos “masa crítica”. Somos un área balcanizada. Los libros no circulan entre los diferentes países. Esto empezó a ser así a finales de los años noventa, cuando en general la literatura latinoamericana dejó de trascender fronteras, cuando ya no encontrábamos en nuestras librerías los libros de Editorial Sudamericana o de Losada, cuando murió el proyecto de EDUCA, que hacía circular los libros centroamericanos.

La razón tiene que ver, creo yo, con el neoliberalismo, que dejó al mercado la distribución de los autores. Los libros no circulan porque es más barato que se queden en su “mercado natural”, es decir, en el país del autor. Y en general nuestros países son poco lectores salvo de éxitos comerciales globalizados muy bien orquestados desde afuera, que son los que llenan los estantes de nuestras principales librerías.

Por supuesto que no todo es negro y hay editoriales como Penguin Random House que se esfuerzan en hacer circular los libros. Como ejemplo pongo mi experiencia con mi más reciente novela: Tocar a Diana. Interesó en Guatemala y entre la Editorial Penguin Random House y una organización llamada Alianza me invitaron a presentar la novela y a dar un taller. Incluso sentí una mayor acogida hacia mi novela en Guatemala que en mi propio “mercado natural”. Ojalá todas las demás editoriales hicieran esos esfuerzos y hubiera en las principales librerías de cada país (Sophos en Ciudad de Guatemala, El Hombre de la Mancha en Ciudad de Panamá, La Internacional en San José) un rincón de literatura centroamericana.

Por el momento mi conclusión es: sí, hemos avanzado un poquito. Pero demasiado poco. A los autores nos falta unión, generosidad -y en esto coincide conmigo Dante Liano, el escritor guatemalteco que vive en Italia pero publica en Guatemala- y vernos como colegas, no como competencia. Que en Centroamérica Cuenta, los centroamericanos contemos de verdad. Pero estamos muy lejos de integrarnos al mundo globalizado. El sistema de mercado y la orquestación comercial de Best Sellers mundiales traducidos o españoles es otro gran obstáculo. A veces siento que la literatura centroamericana, a pesar de que cuenta con excelentes autores y autoras de todas las edades, avanza al ritmo de Zenón, sí, el de la paradoja, que intenta salir de una habitación pero como cada vez su paso tiene que ser más pequeño que el anterior, nunca sale. Ojalá proyectos como Abecedaria y los esfuerzos de Editoriales como Penguin Random House cambien el ritmo de Zenón de la literatura centroamericana.

Anacristina Rossi

 

(Sandra Gondouin et Caroline Lepage remercient Ilona Ohana, Anne-Laure Potier et Lizeth Rayo Trujillo pour leur aide dans la mise en forme de ce volume)

 

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 SOMMAIRE

Dante Liano (Università Cattolica di Milano), «Cambio de Paradigma»

Emanuela Jossa (Università della Calabria), «Cuatro formas de volver a casa. Escrituras centroamericanas del regreso»

Nathalie Besse (Universite de strasbourg - cher ur 4376), «Les romans nicaraguayens: entre désillusion et nouvelles résistances»

Nathalie Besse (Université de Strasbourg - cher ur 4376), «Tongolele no sabía bailar de Sergio Ramírez: entre pouvoirs et rébellions, la contribution du roman»

Davy Desmas (Université Toulouse Jean Jaurès (CEIIBA) / INU Champollion), «Cuídese de las fantasías, y ocúpese de la invención». La fugitiva de Sergio Ramírez ou l’illusion de l’hommage»

Caroline Lepage, Elsa Fernández et Diana Gil Herrero (Université Paris Nanterre – UR Études Romanes – CRIIA / HLH), «Féminisme et tentation classiste: le cas ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género – Panamá (2017)»

Audrey Louyer (Université de Reims Champagne-Ardenne / CIRLEP), «Les «cuentos» de Claudia Hernández: de l’autre côté du miroir»

Sophie Large (Université de Tours, ICD – EA 6297), «Subalternités et puissance d’agir: genre et sexualité dans El verbo J de Claudia Hernández»

Michela Craveri (Università Cattolica del Sacro Cuore), «Propuestas críticas en la poesía maya del nuevo milenio. Redes existenciales en la obra de Rosa Chávez» 

Sara Carini (Università Cattolica Dde Sacro Cuore), «La poesía de Shirley Campbell Barr: reescribir el cuerpo, compartir su historia»

Sandra Gondouin (Université de Rouen Normandie ERIAC) et Jessica Pagazani (Université Sorbonne Nouvelle-Paris 3), «Corporalité et autofiction: écrire la mémoire du corps dans Tocar a Diana (2019) d’Anacristina Rossi»

Émilie Boyer (Aix Marseille Université, CAER, Aix en Provence), «Mito precolombino y literatura juvenil: Quetzaltli, la lágrima del Creador de Javier Suazo Mejía»

Catherine Pélage (Université d’Orléans, Laboratoire REMELICE EA 4709), «Perspectivas artísticas caribeñas ultracontemporáneas: una aproximación a las performances literarias de Rita Indiana (República Dominicana)»

Dante Barrientos Tecún (Aix Marseille Université, CAER, Aix-en-Provence), «Paisajes y poesía de la costa Atlántica centroamericana: Tambor de pueblo (2013) de Carlos Castro Jo»

 

 

Crisol série numérique / ISSN : 2678-1190

Directrice de la publication : Caroline Lepage

200 avenue de la République 
92000 Nanterre

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Publiée: 2021-05-07